“En cada luna, el cielo se quedaba sin estrellas, ya que todas y cada una se sumergían dentro del agua para iluminar a los seres que habitaban en las profundices.
Una tierra donde el sol esperaba amablemente a que la luna estuviera a su lado en lo más alto del cielo para esconderse y dejarla que bañara con su tranquilidad todas las tierras de aquel mágico mundo. Era un mundo idílico, una utopía creada a partir de la imaginación más pura.”